
Volumen 4: 'El tiempo se detiene a tu alrededor.'
Explicar lo que uno siente dentro del agua, es una tarea muy complicada, la gente que nunca ha experimentado esta sensación, no logrará hacerse una idea real de lo que es; en cambio, la gente que sí lo ha hecho, sabrá de lo que hablo. A fin de cuentas, estas son sólo mis sensaciones.
Como ya dije, en el agua, uno no es nada; es algo de lo que te das cuenta nada más meterte. Puede parecer que las condiciones son óptimas, pero una vez dentro ver que de óptimo no tiene nada.
La sensación es la de una mezcla entre la furia de la naturaleza, del mar, en todo su esplendor, combinada con una relajación mental pero a su vez un estado de alerta constante. Si te confías date por perdido.
En las primeras remadas, sorteando las olas espumosas, débiles, pero que te pueden impedir avanzar, uno entra en 'calor', buscando la mejor entrada, con paciencia, para coger una buena serie de olas y disfrutarlo al máximo. Personalmente adoro hacer el pato ( básicamente bucear con la tabla, para evitar que la fuerza de la ola te empuje hacia la orilla. ); es cuando te empiezas a dar cuenta de lo espectacular que es ésto. Allí, sumergido mientras la ola te pasa por encima, observas que oscurece durante menos de un segundo, ¿ qué ha pasado ? Sencillo, una ola de x metros ha pasado por encima tuya apagando la luz del sol momentáneamente.
Todo se une en una sinfonía maravillosa: el sonido de las olas al romper, los 'bamboleos' sentado en la tabla, esperando la serie idónea, el olor a mar, el sabor a sal, el viento en la cara... no existen términos que puedan ejemplificar de una manera fiel lo que uno siente. Simplemente, para mí, es algo único, impagable y vital en mi vida.Remar para coger la ola, notar que la fuerza de la misma te empuja, tensar los brazos, subirte, disfrutar de esa sensación, con una ligera presión de tobillo girar...hostiarte. Nada importa.
Si a veces, cuando una ola es traicionera y te rompe en la cara, y te hace la temida lavadora, cuando ya llevas un tiempo "disfrutas", y lo pongo entrecomillado, del meneo que te regala, protegiéndote la cabeza, pero al menos yo, en calma espero a que esa violencia cese y sales a la superficie tranquilo, pero con ganas de más.
Hay días en los que te pasas subido a la tabla esperando una buena serie, hay días en los que el mar te maltrata, no te deja llegar a una buena zona, no deja de abusar de ti. Hay días en los que coger una ola es imposible. Días en los que remando ves como se acerca una ola enorme, y durante un segundo dudas; remas con fuerza para poder pasarla antes de que rompa, remas con toda tu energía, y si bien a veces eres capaz de pasarla por los pelos, con un subidón en el estómago, digno de una montaña rusa, otras te rompe y ahí...precisamente ahí te das cuenta de que no eres nada ni nadie, el impacto, normalmente brusco, hace que pruebes en tu cuerpo la fragilidad con la que estamos hechos. Otras veces, aún pasándola, el mar te obsequia con otro monstruo de considerables dimensiones y de esa no pasas. Y vuelta a empezar.
Siento especial devoción por surfear cuando llueve, es algo mágico. El sonido del mar mezclado con el sonido de las gotas de lluvia al entrar en contacto con el agua. Las gotas saladas del mar correteando por tu cara a la par de las gotas dulces de la lluvia. Aún hace poco tuve el privilegio de poder coger olas con una granizada de órdago...allí estaba yo, callado encima de la tabla, contemplando el inigualable espectáculo del que era un mero actor secundario...secundariamente feliz.
También he tenido la suerte de poder surfear una vez de noche; con luna llena, peligroso...sí, ¿mereció la pena? También. Sentado en mi tabla podías ver la luna, iluminando con todo su esplendor la playa.
En momentos así el tiempo se detiene, de noche, de día, con frío, con calor, con más frío aún, llueva, granice o haga sol. Cuando te das cuenta ha pasado más tiempo del que te imaginas y junto con la fatiga y/o la hipotermia, hace que tomes la decisión de remar hacia la orilla; triste, puesto que la sesión ha terminado, pero a la vez feliz... es lo que tiene.
-- FIN DEL VOLUMEN 4 --