
¿Qué es ficción y qué realidad cuando estás inmerso en una mala racha? Cuando parece que estás en medio de una espiral de autodestrucción que te lleva al fondo. ¿Qué es lo que ves?
He visto a alguien que no soy yo en el espejo, una persona vacía, carente de ilusión. Tocando con su mano cada uno de esas cicatrices que pueblan el cuerpo, recordando todos esos momentos en los que uno lo ha pasado mal, cicatrices pequeñas que dejan un dolor insufrible, cicatrices grandes que te recuerdan aquellos tiempos en los que no había límites y en los que nada ni nadie te detenía. Cicatrices que te recuerdan quién eres y por qué eres así. Poner la mano en el corazón y notar el tenue latido del mismo.
He visto una sonrisa que no es una sonrisa, que es un mero amago para evitar preguntas a las que no quieres responder, evitando meter el dedo en la herida una vez más.
He visto noches en vela, con la única compañía de una mente torturada al no encontrar explicación a cosas sencillas. Noches eternas donde a cada segundo que pasaba uno se hundía en el colchón un poco más. Noches donde buscabas respuestas y sólo encontrabas más preguntas.
He visto caminar a una persona sin ilusión y sin esperanzas, rendida a su suerte, resignada y sin fuerzas para luchar. Rodeada de sus mayores temores, viendo como sus miedos crecían y dominaban su cuerpo de dentro a fuera.
He visto lágrimas recorrer un rostro inexpresivo, en su completa soledad, sintiendo la impotencia de no saber qué hacer, qué decir. Sueños rotos y el silencio venciendo a la voz en la cabeza.
He visto a las personas más fuertes ahogarse poco a poco, lentamente, perdiendo la esencia que los hacía admirables.
Me he visto reflejado en ti y a ti en mí. Lo he visto tan claro que no dejaré que pase. A fin de cuentas, esas cicatrices me recuerdan cómo son las cosas y que por eso no lo voy a permitir, puesto que todo lo que he visto es la ficción y la realidad es que cualquier sacrificio merece la pena.
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