miércoles, 22 de febrero de 2012

Paradojas

Será por cuestiones de la vida en el que llega un momento en que cada letra de la frase 'todo tiempo anterior fue mejor' , no represente otra cosa más que la dura realidad.

Paradojas de la vida en las que sin saber por qué, pensabas en tu futuro con una sonrisa en la cara y de repente pensar en el mismo te borra cualquier gesto de alegría e ilusión. Pensando en que los mejores momentos quedarán en el recuerdo y añorando quizás, una vida más sencilla, sin grandes maravillas, pero a la par más fácil de vivir. Donde sencillamente te sentías libre. Querer olvidar y que constantemente todo te recuerde a ello, cuando antes, que todo te recordase a algo, te daba más fuerzas para seguir.

Resulta curioso, que a su vez, el final de todo, signifique el comienzo de algo nuevo; pero lo que nos suele preocupar es el precio que debemos pagar. Es así, nos perturba mentalmente que lo que parezca infinito tenga su fin, y lo que parezca totalmente improbable, se vuelva real. Nos traumatizamos al comprobar que pasamos de querer comernos el mundo a ser devorados sin piedad por él; a sentirnos especiales y únicos a vernos como una mera y burda copia barata sin valor alguno. De sentirnos importantes a sentirnos invisibles y viceversa. Que según el momento, una misma frase, pronunciada por una misma persona nos pueda parecer lo mejor del mundo o algo insustancial.

Echar de menos momentos pasados, pensando que jamás volverán a pasar; cerrarse en uno mismo con la coraza más impenetrable cuando lo que más necesitamos es abrirnos y mostrar todo lo que tenemos dentro, pero el miedo suele ser tan grande, tan contradictorio que no sabemos qué es lo que necesitamos por muy claro que en nuestro interior esté.

La vida está llena de paradojas, pero los paradójico del asunto, es que nosotros somos los dueños de nuestros actos y que de nosotros depende que sea algo positivo o negativo, que la balanza se incline hacia uno u otro lado.

martes, 21 de febrero de 2012

Visiones


¿Qué es ficción y qué realidad cuando estás inmerso en una mala racha? Cuando parece que estás en medio de una espiral de autodestrucción que te lleva al fondo. ¿Qué es lo que ves?

He visto a alguien que no soy yo en el espejo, una persona vacía, carente de ilusión. Tocando con su mano cada uno de esas cicatrices que pueblan el cuerpo, recordando todos esos momentos en los que uno lo ha pasado mal, cicatrices pequeñas que dejan un dolor insufrible, cicatrices grandes que te recuerdan aquellos tiempos en los que no había límites y en los que nada ni nadie te detenía. Cicatrices que te recuerdan quién eres y por qué eres así. Poner la mano en el corazón y notar el tenue latido del mismo.

He visto una sonrisa que no es una sonrisa, que es un mero amago para evitar preguntas a las que no quieres responder, evitando meter el dedo en la herida una vez más.

He visto noches en vela, con la única compañía de una mente torturada al no encontrar explicación a cosas sencillas. Noches eternas donde a cada segundo que pasaba uno se hundía en el colchón un poco más. Noches donde buscabas respuestas y sólo encontrabas más preguntas.

He visto caminar a una persona sin ilusión y sin esperanzas, rendida a su suerte, resignada y sin fuerzas para luchar. Rodeada de sus mayores temores, viendo como sus miedos crecían y dominaban su cuerpo de dentro a fuera.

He visto lágrimas recorrer un rostro inexpresivo, en su completa soledad, sintiendo la impotencia de no saber qué hacer, qué decir. Sueños rotos y el silencio venciendo a la voz en la cabeza.

He visto a las personas más fuertes ahogarse poco a poco, lentamente, perdiendo la esencia que los hacía admirables.

Me he visto reflejado en ti y a ti en mí. Lo he visto tan claro que no dejaré que pase. A fin de cuentas, esas cicatrices me recuerdan cómo son las cosas y que por eso no lo voy a permitir, puesto que todo lo que he visto es la ficción y la realidad es que cualquier sacrificio merece la pena.

domingo, 19 de febrero de 2012

En la penumbra


Si la vida fuera de color de rosa, no tendría sentido que exista gente que viva en la penumbra. Esto es un hecho, otra cosa es que no queramos ser conscientes de la realidad.

Algunos, hasta se acostumbran a vivir en ella, lo veo normal y lógico. Por norma general, en cada paso que das a lo largo de la vida, te encuentras multitud de trabas que provocan que igual para dar un mísero paso en tu vida, tienes que retroceder unos cuantos más. Son las normas del juego, así está escrito.

Vivir en una especie de oscuridad no tiene que estar ligado a un bajo estado de ánimo o a no ser optimista. Son cosas distintas. En mi concepto de vivir en una penumbra, uno simplemente es consciente de que las cosas no suelen ser fáciles, que aquellas cosas que más nos importan serán aquellas por las que habremos luchado más, aquellas que nos harán levantarnos cuando tropecemos. Paradójicamente, estas cosas, las que nos hacen más felices, también son aquellas que nos podrán hacer más daño.

Uno se mueve por las sombras consciente de que todo lo bueno tiene su lado malo y por ende, todo lo malo tiene su lado bueno. Es una filosofía que se adquiere a base de vivir experiencias dolorosas, y no sólo físicas, a fin de cuentas, las que nos masacran por dentro son las que provocan un mayor daño y las que peores cicatrices dejan. Siempre me ha gustado decir que las mejores sonrisas, son fruto de los peores sufrimientos. Es sencillo, una persona que ha sufrido, valora lo bueno de las cosas, por insignificantes que sean; y dicha valoración se representa mediante las sonrisas.

Lo malo es que nos empeñamos en vivir a plena luz de sol, como si la vida fuera un cuento de hadas, pensando y convenciéndonos de que todo va a ir bien, pensando que somos invencibles e indestructibles. Siempre hemos pecado de un egocentrismo muy arraigado en nuestro interior. A fin de cuentas, muchos se toman la vida como una concurso de popularidad. Piensan que son felices, que lo tienen todo, pero que todavía se merecen más.

Supongo que en la vida tiene que haber de todo, a mi dejarme en la oscuridad, intentando ser consciente de que todo lo que uno quiere, se lo gana con sacrificio, esfuerzo, paciencia y determinación. Que en esta vida nada es gratis y que a la mínima todo se puede derrumbar. A mi dejarme vivir en la sombra puesto que no seré el más popular ni el prototipo de héroe de película al que todo el mundo admira, pero en cambio lucharé cada día para ser mejor. En resumen, dejarme caminar por mi penumbra, que a muchos os cegará la luz del sol y no veréis las piedras que hay en el camino mientras que mi ceguera será la voluntad de que cuando me caiga, me pienso volver a levantar.



sábado, 4 de febrero de 2012

Un cuervo voló sobre mi

Caminando tranquilo por las gélidas calles de mi amada tierra, observé como un pájaro planeaba sobre mi. Me resultó curioso y no pude evitar contemplarlo curiosamente. Me di cuenta de que era un cuervo, por lo que inmediatamente una sensación inquietante recorrió mi cuerpo a la par del frío que atesora el clima por aquí.

Seguí andando hacia mi destino, sintiéndome observado por ese oscuro animal alado, sinónimo de malos augurios. Maldita manía que ha tenido la gente con asociar significados nefastos a cosas que no se caracterizan por tener colores alegres. Siempre, desde que recuerdo, me ha llamado la atención que se vuelquen todos nuestros miedos en tonterías; y éstas pasarlas de generación en generación. Me imagino que así será hasta el fin de nuestros días.

No deja de ser curioso que dichos miedos sean etiquetados en personajes secundarios, que nada tienen que ver con dicha historia, más cuando nuestro principal y más peligroso enemigo somos, sin duda alguna, nosotros mismos. Supongo que lo hacemos así para evitar cargar con ese peso que deberíamos llevar sobre nuestros hombros, pero bueno, sólo lo supongo.

Así se ha escrito parte del guión de nuestras vidas, inculcándose, sutil pero conscientemente desde que nacemos. Estigmatizando a otros que pasan a ser defenestrados para la posteridad, sin preocuparnos lo más mínimo sobre las posibles repercusiones que dichas acciones conllevan.

A fin de cuentas, el cuervo será una mala señal, un mal indicio, pero muchas veces los más vistosos, los más coloridos, esconden al ser más mortífero, más letal, al de peor augurio; y esto es algo que nos tendríamos que aplicar a nosotros mismos, a nuestras vidas; es decir a nuestros principales enemigos.