
No sé si será por la música, que retumba en mis oídos, inundando cada una de mis venas con esa rabia que me infunde, haciendo que mi corazón lata más rápido, que mis pupilas se dilaten poco a poco, lentamente, nota a nota, en cada riff, en cada grito desgarrado de fondo, en cada golpe de doble bombo... provocando que mi cabeza siga al igual que mis pies el compás de cada canción que penetra en mi mente con mayor facilidad que una daga bien afilada penetra en el abdomen humano.
No sé si será por que siempre lo tengo en mis pensamientos, aunque el 90% de las veces sea la vagancia lo que pueda conmigo.
No sé si será por mi manera de ser, por la necesidad que tengo de ello, por lo que me ayuda y por lo que me gusta.
No sé si será por el mero hecho de que alguien que no te esperas te diga que sigas, que no lo dejes, que le gusta y quiere seguir leyéndote.
No sé si será quizás, debido a que nunca me he ido, que he seguido escribiendo, como lo llevo haciendo años, en mis libretas todo garabateadas, sin orden ni secuencia, sin rectitud ni pulcritud, hojas y hojas que plasman mi yo más íntimo, mi yo más temeroso, mi yo que no quiero mostrar, unas de mis cosas más preciadas, mi manera de pensar y de ver las cosas, guardado con recelo en el fondo de mi negra alma pero con la necesidad de plasmarlo para liberar esa oscura alma torturada por multitud de pensamientos, impresiones y reflexiones; constantemente, sin descanso y sin piedad.
No sé por qué será, pero lo que sí sé es que aquí estamos, una vez más, con un lavado de cara al blog, pero con el contenido, con mi alma...de siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario