miércoles, 2 de noviembre de 2011

Only a surfer knows the feeling (vol.2)




Volumen 2: 'Kilómetros con sabor a sal y sonido a mar.'

El trayecto que separa mi casa de la playa a la que decido ir a coger olas es una rutina especial.
No es un trayecto cualquiera, puesto que hay cierto rituales que siempre se cumplen.
Tengo una lista de reproducción que siempre suena cuando hago el trayecto, con cada año se incorporan nuevos temas y es una lista de reproducción a la que le tengo un cariño brutal.
Van pasando los kilómetros y las ganas van aumentando, las ganas de llegar, coger la tabla y zambullirte en el agua.

Pasan los temas, y las pupilas se dilatan cuando te das cuenta que vas bordeando la costa gallega, vas emocionándote con los temas, indican que vas a meterte en el agua.

Vas consumiendo los kilómetros, y tu cuerpo experimenta un cambio cada vez más notable, has pasado de la emoción y una sonrisa de oreja a oreja, incluso aunque el tiempo sea un anticipo del fin del mundo, a un estado de concentración, ya no sonríes, las pupilas siguen dilatadas, sigues el son de la música pero de una manera menos viva, y cada vez te vas fijando en como está el mar, si hay espuma, si está como un plato, si hace frío, si sopla mucho el viento.

Todos tenemos indicadores, en mi caso es una punta a un par de kilómetros de Foxos, sé que si en la punta están rompiendo las olas y/o hay espuma, Foxos tiene muchísimas papeletas para tener unas olas crema. Esto lo confirmas cuando te encuentras a mano izquierda y desde una posición elevada Foxos, es el momento clímax del trayecto, en ese momento sabes qué te vas a encontrar en el agua. Sales de la nacional y bajas por la mítica pista de arena/tierra. Aparcas al lado de las vallas, es todo tan mítico. Apagas el motor, apagas la música y te quedas mirando las olas, embobado, de nuevo con una sonrisa en la boca, pero esta vez plenamente concentrados. Habrá que meterse en faena, y cuanto antes nos preparemos mejor.

-- FIN DEL VOLUMEN 2 --